martes, 14 de enero de 2020

Esqueda Unida
 
O Triángulo Vermello que lucimos con gran orgullo e do que tanto se está falando esta mañá nos faladoiros é unha homenaxe á resistencia antifascista euro...pea. En Esquerda Unida non esquecemos o seu exemplo de loita e a súa capacidade de organización nas condicións máis adversas.

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jueves, 9 de enero de 2020

🔻 Traballo, capacidade e compromiso. Noraboa a Alberto Garzón Espinosa, Yolanda Diaz Perez e a todas as compañeiras e compañeiros de Unidas Podemos por formar parte do novo #GobiernoProgresista.
 
 
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Nace el primer Ministerio de Consumo y las asociaciones piden recuperar competencias para proteger a los más vulnerables

Alberto Garzón, que según fuentes de la negociación será ministro de Consumo, el pasado martes en el Congreso.
Alberto Garzón, que según fuentes de la negociación será ministro de Consumo, el pasado martes en el Congreso.
El consumo ganará peso en el nuevo Gobierno con la creación de un ministerio específico, la primera vez que ocurre en democracia -hasta ahora estaba dentro de Sanidad como una dirección general-. ¿A qué retos se enfrentará el nuevo ministro, que según fuentes próximas a la negociación será Alberto Garzón? Las principales asociaciones de consumidores piden al Ejecutivo recuperar competencias sancionadoras -ahora en manos de las comunidades autónomas- para que el departamento pueda multar a empresas que realizan fraudes masivos en toda España, clarificar cuáles son los consumidores vulnerables que necesitan una especial protección, poner en marcha una ley de transparencia en los contratos e impulsar el consumo responsable.

Rubén Sánchez, portavoz de Facua, valora el nuevo ministerio como algo muy positivo y pide aprovechar la oportunidad para avanzar en la defensa de los consumidores: “No tendría lógica tener un ministerio con competencia exclusiva en consumo que no desarrollará políticas efectivas”. Para eso, opina, hace falta que el Gobierno también pueda multar. “La competencia sancionadora en materia de consumo la tienen las comunidades autónomas y nosotros pedimos que las competencias sean compartidas, es decir, que el Ministerio de Consumo también pueda sancionar a compañías que cometen fraudes en varias comunidades autónomas, como las grandes empresas de telefonía, de gas, de electricidad, los bancos…”, explica Sánchez. “Tal y como está la legislación hoy, si los consumidores sufren un fraude, habría que abrir un expediente en cada comunidad, es decir, 17 expedientes. Eso es poco operativo y absurdo. Sería más eficaz que el Ministerio de Consumo tuviera esa capacidad sancionadora a nivel nacional, sin quitarle la capacidad sancionadora a las comunidades”, añade.

Este cambio requeriría de una reforma de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, que data de 2007. Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), coincide en que si el ministerio recuperara la capacidad de sanción se podría luchar mejor contra los fraudes de ámbito nacional. Además, solicita eliminar los obstáculos con los que se encuentran las acciones colectivas para llevar a los tribunales este tipo de abusos.
Mientras se cambia la ley, el portavoz de Facua considera que el nuevo ministro debería aprovechar las competencias que ya tiene el departamento para emprender acciones judiciales contra las cláusulas abusivas. “El Gobierno puede llevar a los tribunales este tipo de fraudes, pero no se hace. Llevamos décadas viendo cómo hay prácticas fraudulentas de grandes empresas y el Gobierno de turno no actuaba contra ellas”, dice Sánchez.

La OCU pide sancionar la obsolescencia programada o sobrevenida. “Se debe obligar a los fabricantes a que informen sobre la vida útil del producto y favorecer las alternativas más eficientes para usar mejor los recursos”, dice García. La OCU pone el foco también en que es necesario definir qué es un consumidor vulnerable, es decir, aquel que por sus capacidades económicas necesita de una especial protección. “Eso permitiría establecer niveles superiores de amparo y exigir requisitos específicos para los contratos destinados a estas personas”, añade el portavoz.

Manuel Pardos, presidente de la Asociación para la Defensa de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), considera que “España se puede poner a la vanguardia de la defensa de los consumidores” si el nuevo departamento consigue desarrollar normativas en materias transversales como energía, bancos, telecomunicaciones, transportes… “En primer lugar, tiene que poner en marcha la Agencia de Protección de los Consumidores Bancarios y Financieros, que se debería haber creado en 2017 a instancias de la Unión Europea y seguimos esperando”, dice Pardos. Con este organismo, “será más fácil luchar contra problemas como los de las cláusulas suelo o las preferentes, que han afectado a cientos de miles de españoles”. Además, el presidente de Adicae pide aprobar una ley de transparencia en los contratos para clarificar este tipo de documentos e impedir las cláusulas abusivas.

La presidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Itziar Marín, pide por su parte cambiar la normativa para que las resoluciones de los distintos organismos de consumo -estatales, autonómicos y municipales- sean vinculantes. “Si me cancelan un vuelo por ‘overbooking’ y la Agencia Estatal de Seguridad Aérea me da la razón, puede decir que la compañía me devuelva el dinero. Pero si la empresa se niega, tengo que ir a juicio para hacer valer mis derechos. Para evitarlo y facilitar las cosas, las resoluciones de este tipo de organismos tienen que ser vinculantes”, dice Marín. Además, considera que se puede avanzar en la regulación de las actividades de consumo en internet: “La tecnología va más rápido que la regulación, así que hay que actualizarse continuamente”. En su opinión, el futuro ministro tiene competencias “de sobra”: “etiquetados de alimentos, páginas web, seguridad de los productos, fomentar la protección del consumidor, impulsar el arbitraje…”. Además, hace falta “mayor coordinación con las comunidades autónomas”.
 
Otro de los temas que adquirirá mayor relevancia será el consumo responsable. “El consumo ecológico se ha convertido ya en una cuestión vital para toda la sociedad y se puede impulsar desde el nuevo departamento”, explica Pardos. “Se debería fomentar un tipo de consumo más racional, pero sobre todo que los consumidores se organicen”, señala Sánchez. En este sentido Concepción Fabeiro, presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), opina que entre las competencias del ministerio se debería incluir "promocionar y dar mucha información a la ciudadanía sobre consumo responsable, ecológico, de temporada y local", para lo cual debería contar con las entidades del sector.
 
Según fuentes conocedoras de la negociación, el Ministerio de Consumo incorporará competencias para regular el juego y las casas de apuestas, que en la actualidad dependen de Hacienda y están en gran parte transferidas a las comunidades autónomas. Aunque no es un tema clásico de consumo, las asociaciones de consumidores se muestran favorables a una mayor regulación. “Hay que acabar cuanto antes con los anuncios de juego en horario infantil, que en la actualidad se permiten por falta de normativa”, dice García, de la OCU. “Habría que prohibir la publicidad del juego al mismo nivel que la de tabaco”, añade Sánchez. “Es fundamental que se regule mejor el sector, que está arruinando a miles de familias, y que los chavales no se encuentren una sala de juego al salir del instituto”, tercia Marín, de CECU.
O que diciamos na campaña é unha realidade: Galicia está nun programa de Goberno. O acordo programático entre o noso grupo e o PSOE recolle as principais demandas galegas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Por un novo Pais

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viernes, 3 de enero de 2020

ActualidadAlberto GarzónArtículos

Carta de fin de año 2019 de Alberto Garzón a la militancia de Izquierda Unida



Querida compañera, querido compañero,
Hace cinco años recuperé una metáfora del filósofo de la ciencia Otto Neurath para describir la situación por la que atravesaba entonces Izquierda Unida. En aquel momento, la política española se había acelerado y la crisis de régimen se manifestaba parlamentariamente con la desaparición de algunos partidos políticos y la irrupción de otros nuevos. A la militancia de IU nos correspondía entonces renovar nuestra organización para que sobreviviera a ese tiempo tan convulso, y además teníamos que hacerlo sin dejar también de acelerar. Era tanto como reparar nuestro barco directamente en alta mar, sin la posibilidad de contar con los recursos y la tranquilidad que se derivan de una reparación en tierra firme y teniendo que sortear olas gigantes con capacidad para hundirnos. Cinco años después, a punto de comenzar el año 2020, seguimos a flote y recuperados plenamente.
No obstante, lejos de ser un tiempo de estabilidad política, este 2019 ha expresado agudamente muchas de las contradicciones del sistema. La crisis política ha empeorado y de ello es manifestación las dos convocatorias extraordinarias de elecciones generales, en abril y noviembre. Tal es la situación que… ¡aun seguimos con los Presupuestos del PP! Junto con el resto de elecciones, las escisiones, el conflicto territorial y el ascenso del discurso de las extremas derechas, el año 2019 describe una crisis de régimen que está lejos de cerrarse.
Ciertamente, los retos para los próximos años no son menores. A la crisis climática, que amenaza con destruir de forma irreversible las bases naturales de nuestras sociedades, y a la persistencia del patriarcado criminal, justamente contestado desde el feminismo, debemos sumar el peligroso ascenso de los movimientos derechistas en todo el mundo. Sólo en Europa, la extrema derecha ya gobierna en Hungría y Austria, mientras que también encabeza las encuestas en Francia, Italia, Finlandia y Suecia. Estos indicadores alertan de que sectores sociales cada vez más numerosos se ven atraídos por soluciones reaccionarias y autoritarias, cuando no directamente neofascistas. Un panorama sombrío que debemos ser capaces de cambiar.
Afortunadamente, cinco años después de aquella descripción con la que comenzaba esta carta, podemos decir que como organización hemos superado los obstáculos que se nos han presentado. No era fácil, y probablemente no todos contaban con este resultado, pero la militancia de Izquierda Unida hemos demostrado en este tiempo una gran capacidad combinada de resistencia y resiliencia. Hace aún algunos meses había quien nos creía muertos y, sin embargo, en el último órgano convocado nuestro debate ha versado sobre la idoneidad de entrar en el Gobierno de España. Un contraste de notable importancia.
Es más, una abrumadora mayoría de militantes de Izquierda Unida ha apoyado entrar a gobernar, en lo que creo que es una clara demostración de responsabilidad. No se trata solo de su significado como fenómeno histórico, en tanto que desde las elecciones de 1936 no se forma un gobierno de coalición con presencia de partidos a la izquierda de la socialdemocracia, sino sobre todo porque estamos ante un conjunto de oportunidades que no debe despreciarse a la ligera. Quizás, de hecho, estemos ante la última oportunidad para que las cosas no empeoren de manera irreversible. Quizás sólo a través de esta fórmula sea posible cerrar el paso a la salida de la crisis de régimen por la derecha. Quizás sólo con un gobierno que se abra al diálogo pueda frenarse la escalada del conflicto que buscan los nacionalistas intransigentes de toda bandera. Quizás sólo con un gobierno que blinde los servicios públicos podamos revertir el crecimiento de las extremas derechas y mejorar la vida de las familias trabajadoras. Se trata de algunas pocas oportunidades que necesitamos explotar.
El documento programático que presentamos ayer, además de tratarse de un muy buen acuerdo para un pacto de coalición más que necesario, nos permite estar en condiciones de mejorar mucho la vida de las familias trabajadoras. La situación no está exenta de riesgos, pero es evidente que merece la pena transitar este camino y que, de hecho, es lo que en este momento histórico nos corresponde como organización. Al fin y al cabo somos mucho más que un grupo humano que comparte valores y principios; somos también quienes portamos una herencia histórica de lucha que debe preservarse para el tiempo posterior.
Nosotros y nosotras somos contingentes a nivel individual, pero el proyecto político que representamos tiene una validez y fuerza de carácter estructural. Hasta ahora hemos sabido estar a la altura y estoy convencido de que seguirá siendo así también en el próximo año. Si lo vemos con perspectiva, creo que hay fundadas razones para estar orgullosos de nuestro trabajo y, por ende, para celebrarlo en estos días que quedan de fiesta.
Os deseo una muy buena y feliz entrada de nuevo año.
Salud y República,
Alberto Garzón Espinosa
Coordinador Federal de Izquierda Unida