IU apela a la "habilidad e inteligencia de todas las fuerzas" en los procesos de convergencia
Un documento interno de la secretaría de Proceso Constituyente y Convergencia de IU, que dirige el diputado Alberto Garzón, enumera en ocho puntos el modo en el que la formación plantea la "unidad popular"
Izquierda Unida entiende que la confluencia "no se construye en el vacío, sino que tiene como marco fundamental el programa político y económico de transformación social"
La formación de izquierdas, a diferencia de los promotores de Podemos, que hacen una apuesta por las agrupación de electores, defiende que "desde el punto de vista meramente legal la fórmula es la de la coalición electoral"
"Habilidad e inteligencia"; "espacios compartidos con otras fuerzas políticas y sociales"; "primarias abiertas o mecanismos participativos consensuados"; "transformación social", "oportunidad histórica"... Un documento interno de la secretaría de Proceso Constituyente y Convergencia de IU, que dirige el diputado Alberto Garzón, enumera en ocho puntos el modo en el que la formación de izquierdas plantea la "unidad popular". Es decir, la confluencia con otras fuerzas políticas y sociales con vistas a las próximas elecciones autonómicas y municipales de mayo.
En un momento en el que los Ganemos van multiplicándose por España, tras su irrupción en Barcelona como Guanyem y con Ada Colau como cabeza visible, en el que movimientos sociales y políticos van tejiendo alianzas con la perspectiva de cuajar electoralmente, los principales actores van implicándose y lanzando líneas maestras de cómo entienden que ha de producirse esa convergencia.
Izquierda Unida lanzó la pasada semana una guía de 30 puntos básicos sobre lo que la formación entendía debía configurarse como un programa "para la transformación social". Y, ahora, además de "animar a toda la militancia a sumarse a los procesos de construcción de la unidad popular en sus ciudades y municipios", el documento de la dirección redactado por Alberto Garzón y la responsable de Convergencia, Lara Hernández, establece una serie de puntos sobre cómo ha de afrontar la organización internamente esa confluencia, unas líneas maestras sobre las que ha de guiarse en los territorios.
El primer punto es que IU entiende que estamos "ante un momento de emergencia social que requiere de la habilidad e inteligencia de todas las fuerzas de la mayoría social para construir un escenario de esperanza política". La confluencia "no se construye en el vacío, sino que tiene como marco fundamental el programa político y económico de transformación social", y que "esos espacios políticos de convergencia han de ser absolutamente democráticos, participativos y transparentes. Ello significa que deben existir mecanismos internos de elección de candidatos tales como las primarias o mecanismos participativos que se puedan consensuar en cada espacio unitario y también procesos de fiscalización de los responsables tales como los revocatorios".
A diferencia de los promotores de Podemos, que afirman que "la expresión formal" de "las candidaturas de unidad popular [...] deberá ser preferentemente la de la Agrupación de Electores", según publicaba este jueves Infolibre y aparece en un anexo de la propuesta Claro que Podemos, en Izquierda Unida entienden que "desde el punto de vista meramente legal esa fórmula es la de la 'coalición electoral'".
¿El motivo? Que una agrupación de electores está pensada legalmente para una cita electoral concreta en una circuncsripción concreta y que impide, por ejemplo, contabilizar los votos con el resto de plazas en el que se haya concurrido a las elecciones: entre otras cosas, dejaría en manos del resto de partidos las diputaciones provinciales, además de que traería consigo que esos votos no serían sumados por el Ministerio del Interior a ninguna otra candidatura. En este sentido, el texto afirma: "La unidad popular no se construye únicamente en el espacio electoral sino que debe ir apuntalándose en las luchas sociales y en las luchas culturales".
Paralelamente, el texto de los promotores de Podemos sostiene que "las candidaturas de unidad popular y ciudadana no buscan ubicarse en la izquierda del tablero sino ocupar la centralidad. Tampoco son candidaturas de activistas y movimientos haciendo política-estética para sí mismos. Son candidaturas de mayorías que quieren vencer para hacer del hartazgo ilusión y del descontento poder de la gente". En ellas, defienden, "todas las posiciones en las listas electorales deben estar abiertas a ser decididas por la ciudadanía".
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