Los sindicatos rechazan los motivos de la empresa para justificar el cierre
Los representantes de los trabajadores destacan las importantes inversiones tecnológicas realizadas en 2005, así como las subvenciones concedidas por la Xunta a la factoría coruñesa
15.02.2013 | 09:39
Marcha de los trabajadores de la fábrica de armas en defensa de sus puestos de trabajo, en octubre de 2011. / rubén ardao
Advierten de que el Ministerio de Defensa seguirá precisando de material en los próximos años
JOSÉ MANUEL GUTIÉRREZ A CORUÑA
Los argumentos empleados por General Dynamics para justificar el cierre de la Fábrica de Armas coruñesa suscitan el rechazo de los sindicatos con representación en la factoría, que se reunirán hoy con el alcalde y posteriormente informarán a los empleados. Los dirigentes sindicales niegan la falta de viabilidad esgrimida por la dirección a la vista de las necesidades de la defensa nacional y de las inversiones tecnológicas efectuadas en los últimos tiempos y recuerdan que hay encargos que deben entregarse este mismo año.
"Esta fábrica tenía el mayor índice de ocupación del grupo e hizo los deberes incluidos en el plan de transformación 2009-2012", manifiesta Roberto Teixido, delegado de UGT y presidente del comité de empresa, quien destaca además las subvenciones concedidas en los últimos años por la Xunta a la fábrica para favorecer su renovación tecnológica. Teixido admite la caída de la carga de trabajo por la reducción del presupuesto del Ministerio de Defensa, pero destaca que las obligaciones adquiridas por España en las misiones de paz internacionales hacen necesario que estas operaciones se desarrollen "en las mejores condiciones".
El portavoz sindical califica de "triste" que las fuerzas armadas españolas "no vayan equipadas como tienen que ir para mayor seguridad", por lo que rechaza que la situación de crisis justifica recortes en cualquier campo. El presidente del comité pone además de relieve que los 260 trabajadores de la fábrica de Palencia serán traspasados por Santa Bárbara Sistemas a Namo, una empresa pública de Noruega, mientras que España privatizó en 2001 su industria nacional de defensa.
"No entendemos este planteamiento", afirma Xabier Riobóo, delegado de la CIG, quien recuerda que desde A Coruña se propuso aumentar la carga de trabajo de la fábrica mediante la incorporación de encargos civiles, para lo que incluso hubo contactos con empresas gallegas que mostraron su disposición a hacer pedidos de trabajo. "Fue la dirección de la empresa quien nunca permitió esta posibilidad", destaca Riobóo, quien considera que hay un "boicot total" de General Dynamics a que la fábrica coruñesa pueda diversificar su producción.
Este representante de la CIG no descarta que el anuncio de General Dynamics esconda un intento de presionar a Defensa para conseguir nuevos encargos, pero recuerda que la empresa "nunca cumplió los compromisos del contrato de compraventa para hacer inversiones tecnológicas y aportar carga de trabajo", lo que se traduce en una "dependencia casi absoluta" de los pedidos del Ministerio de Defensa y del Cuerpo Nacional de Policía.
Para Carlos Gómez, delegado de CCOO, el anuncio realizado por el grupo estadounidense es "una auténtica salvajada", que no se corresponde con las inversiones realizadas en 2005 en nanotecnología para la fabricación de misiles. Gómez reconoce la complejidad de la situación económica, pero estima que el ejército español volverá a demandar armas en el futuro, por lo que a su juicio "lo normal sería un expediente de regulación temporal de empleo a la espera de una mejora de la economía y así mantener una estructura industrial". "Puede haber de todo", afirma Gómez sobre un intento oculto de presión a Defensa, que ha demorado contratos previstos hace tres años, aunque en su opinión la empresa debería haber expuesto este problema a los sindicatos para que ellos se lo plantearan al ministerio y evitar así el cierre, al que califica de "atentado industrial".
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