jueves, 10 de septiembre de 2015





La Voz de Galicia


Más de 46.000 hectáreas urbanas gallegas tributarán como rústicas
La rebaja impositiva afecta solo a terrenos sin construir y sin planificar

M. SÍO DOPESOredacción / la voz, 10 de septiembre de 2015. Actualizado a las 05:00 h.

Miles de gallegos propietarios de parcelas calificadas como suelo urbano pagarán menos impuestos por ellas cuando, a partir del año que viene, pasen a tributar por ley un IBI (impuesto de bienes inmuebles, que es una tasa municipal) de tipo rústico.

Este cambio de calificación tributaria es consecuencia de la reforma de la Ley Hipotecaria aprobada el pasado 24 de junio. Según la nueva normativa, los terrenos urbanos que no hayan sido desarrollados deberán pagar un IBI de naturaleza rústica y no urbana como venía ocurriendo hasta ahora.

Ponerle cifras al impacto de esta reforma legislativa en Galicia no es tarea fácil porque, según explican fuentes de la Dirección General del Catastro, el minifundismo propio de esta comunidad hace incluso muy complicado para los ayuntamientos poner al cobro el cien por cien de los terrenos ya calificados como rústicos.

Este organismo calcula que en España hay alrededor de 900.000 parcelas que podrían beneficiarse de esta rebaja fiscal.

Rebaja de 100 a 1
La factura del IBI rústico es mucho menor que la del urbano, lo que supondrá un alivio fiscal para miles de propietarios (particulares, promotoras, inmobiliarias y entidades financieras). ¿Cuánto menos? «El cambio puede ser de 100 a 1. Es decir un terreno que pagara 1.000 euros de IBI ahora puede pagar 10 y uno que pagara 10.000 puede pasar a abonar 100» explican fuentes del sector inmobiliario.

El único dato estimativo que existe hasta este momento lo aporta la Abogacía del Estado, que cifra en alrededor de 4.500 millones de euros las pérdidas para las arcas municipales.

En Galicia se desconoce el dato, aunque, según la Dirección General del Catastro, existen más de 46.000 hectáreas sin edificar que habría que revisar.

«No todas se verán beneficiadas, porque que en muchos casos son terrenos que han sido desarrollados sobre el papel, con un plan parcial o un programa de ejecución, aunque no se haya llevado a cabo la construcción, por cuestiones de mercado», explican fuentes de este departamento que depende del Ministerio de Hacienda.

«Si los terrenos ya contaran, por ejemplo, con un plan parcial aprobado tendrían calificación tributaria de urbanos y seguirían pagando el mismo IBI que hasta ahora», aclaran.

La reforma legal que publicó el BOE el pasado 25 de julio indica que la modificación tributaria de estos terrenos entra en vigor el 1 de noviembre de este año.

Al cobro en el 2016
Eso supone, según explican los expertos en fiscalidad, que los padrones de bienes inmuebles de cada municipio tengan que estar actualizados con la recalificación tributaria (que no urbanística) antes de enero del 2016. «Tiene que ser así, a efectos de que los recibos girados a partir del verano, según cada ayuntamiento, ya vayan modificados con las nuevas cantidades rebajadas», aclaran.

Desde la Dirección General del Catastro explican que ya hay municipios que están comunicando la situación urbanística de sus suelos urbanizables para que puedan pasar a la situación de rústicos si carecen de ordenación detallada.

¿Qué ocurrirá si el próximo verano el recibo del IBI mantiene la calificación tributaria de urbana a un terreno que debería de pagar ya como rústico? Asesores jurídicos consultados advierten de que la vía legal está abierta y con muchas probabilidades de ganar el litigio. «En el caso que la Administración no aplique de inmediato la modificación legislativa, los contribuyentes podrán impugnar el próximo recibo de IBI que se les notifique, buscando la aplicación de las últimas sentencias en este asunto, como la sentencia del Tribunal Supremo de 30 de mayo del 2014, que es la que ha dado pie a esta reforma», explican.

Una tasa vital para los concellos, que no ha dejado de aumentar desde que estalló la crisis
El impuesto de bienes inmuebles urbano (IBI) es la principal baza recaudadora de los ayuntamientos españoles y, pese al desplome del mercado inmobiliario y la caída de los precios, la recaudación, que depende precisamente del valor de las viviendas, ha crecido entre el 2008 (año de pinchazo de la burbuja del ladrillo) y el 2014 más de un 53 %.

Es el impuesto municipal que más aporta a las arcas en toda España, y más en Galicia en donde casi el 80 % de los hogares son propietarios de la vivienda. Los ingresos derivados de esta tasa baten récords año tras año. El último dato disponible, correspondiente al 2014, eleva a 476,4 millones de euros la suma que ha ido a parar a las cuentas de los 314 concellos gallegos (un 2,3 % más que el año anterior).

El rústico, también
En contraposición a estas cifras, el IBI rústico supone una cantidad de ingresos poco significativa. Según los datos de la Dirección General del Catastro, esta tasa aplicada a suelo rústico recaudó el años pasado en Galicia 10,5 millones de euros, a pesar de que los ingresos en las arcas públicas por esta tasa no han parado de incrementarse desde el 2008, en el que la suma ingresada en los concellos gallegos fue prácticamente la mitad: 5,5 millones de euros.


Ante la evidente pérdida de capacidad recaudatoria que supone la recalificación tributaria de parcelas urbanas en rústicas, los ayuntamientos han comenzado a tomar medidas para paliar el impacto. El Concello de Vigo, por ejemplo, ha aprobado un incremento del IBI rústico que duplicará el coste del tributo (pasa del 0,33 al 0,66 %) para el próximo año.

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